Virgen Santísima, Madre de Dios,
María Santísima de la Abundancia,
Reina del cielo, y de la tierra desde vuestro trono de gloria,
Dirigid hacia nosotros vuestra mirada piadosa.
Nuestros antiguos padres,
Llenos de confianza en vuestra maternal protección,
Os invocaron con el dulce nombre de Madre de la Abundancia,
Encomendados la fertilidad de los campos,
El fruto de sus sudores,
y no fueron jamás abandonados.
También nosotros, a imitación de nuestros antepasados,
Postrados a vuestros pies nos encomendamos a Vos.
Bendecid Oh Madre, nuestros campos,
Nuestras fatigas y nuestros sudores.
Alejad de nosotros las tempestades devastadoras,
De manera que provistos de las cosas ,
necesarias para la vida temporal,
Podamos dedicarnos con mayor fervor,
a la salvación de nuestras almas.
Amen.
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